Letras tabasqueñas
Inspira Profundo
Inspira Profundo es un proyecto
súper ambicioso impulsado básicamente por el polifacético Edmundo Juárez: Escritor,
Fisiólogo Pulmonar, Periodista Freelance e Investigador de fenómenos
paranormales. Sin embargo, a medida que avanza el tiempo, el citado va adquiriendo nuevas
responsabilidades. Si bien empezó como performancero y poeta, poco después siguió su carrera como Director del Programa Literario Inspira Profundo y actualmente es el editor en jefe de la editorial
artesanal Inspira Profundo.
A mediados de 2016 inauguró la primera "biblioteca itinerante" en
el Hospital Regional Dr. Juan Graham Casasús, proyecto que consiste en crear
repositorios de libros, mediante donaciones voluntarias, para uso de los
pacientes internados y de sus visitantes. Este proyecto se sigue llevando a
cabo actualmente, en forma exitosa, en el Hospital Regional de Pemex en Villahermosa, bajo la
supervisión del mismo Edmundo Juárez. Debe decirse que el acervo ha crecido
notablemente en beneficio de una gran cantidad de personas que, en contra de su
voluntad, tienen que pasar largas jornadas acostadas en una cama o sentadas en
una silla en espera de que la medicina haga su magia.
En agosto de 2016 se echó a andar el Primer Concurso de Narrativa Breve Inspira Profundo, dirigido a las
personas que trabajan en los servicios de salud para que escribieran
narraciones relacionadas con su experiencia en ese campo. A la convocatoria se
presentaron 32 obras de las cuales se seleccionaron las cinco mejores por un
jurado conformado por escritores y médicos. Finalmente, la ganadora del primer
lugar fue la Química Rosana Pérez Domínguez con una obra intitulada Rutina. La ceremonia de premiación se
realizó en el Hospital Regional de Petróleos Mexicanos, el 28 de octubre de
2016.
A partir
del 2017, se iniciaron los trabajos para dar forma a la Editorial Artesanal Inspira
Profundo cuya misión es “publicar, a bajo costo, trabajos literarios de
excelente calidad para así hacerlos llegar a un mayor número de personas.” Esta
casa editorial se autodefine como “independiente, libertaria, alternativa,
contestataria y artesanal”. Presume de abstenerse de registros oficialistas,
como es el caso del ISBN, aunque se respetan los derechos de autor y se
observan los lineamientos de la ley federal correspondiente.
Para
inaugurar la empresa fueron invitados dos conocidos poetas, así como a la
ganadora del certamen anterior. El cuarto autor fue el poeta y mandamás de la casa
editorial. El 25 de febrero, en el Centro Cultural Villahermosa, se presentaron
las primeras cuatro obras editadas por IP:
Mientras la niña duerme de Héctor de Paz,
Natura
et verbum de Cynthia Alarcón Múgica,
Rutina de Rosana Pérez, y
Espuma de Edmundo Juárez.
El evento, que se convirtió en un festejo de las letras y los
amigos, fue introducido por sendos discursos de Ana Livia Salinas y de Vicente
Gómez Montero; la maestra de ceremonias fue la actriz Laura Sierra. Al final
hubo fotografías, selfies, brindis con vino y dedicatoria de los libros
vendidos. Los comentarios fueron positivos y el emprendedor Edmundo Juárez
ofreció los servicios de edición urbi et orbi a precios bajos.
Como un
segundo paso en la misma dirección, la novel editorial promovió una segunda
presentación de las mismas obras ya publicadas más la adición de un libro
dedicado a la narrativa breve, la obra Máscara
contra máscara de José Manuel Tamez. Este segundo evento tuvo lugar en el
centro cultural 17/92, el día 1 de abril. Nuevamente, los introductores a los escritos
presentados fueron la guapa maestra de ceremonias Laura Sierra, el escritor
Vicente Gómez Montero y la escritora Ana Livia Salinas. Posteriormente, el
plato fuerte fue la presentación de las obras ya presentadas por Rosana Pérez,
Héctor de Paz y Cynthia Alarcón; al final, se le dio la palabra al cuentista
José Manuel Tamez para hablar de sus dos cuentos que ahora forman parte de la
colección inicial de Inspira Profundo.
La parte final del acontecimiento fue ribeteada con la algarabía
tanto de los autores como del público en general. Las palabras de elogio, los
brindis, las dedicatorias empalagosas y, en general, las sonrisas, poco a poco se
fueron transformando en risas, discusiones sesudas, para converger al fin en una
francachela que, atizada por el vino tinto y el tequila en mezcla peligrosa,
abrieron nuevos y amplios canales de comunicación entre los asistentes. Fue una
noche memorable, hasta donde uno puede recordar porque hay un punto en esa
noche —diferente para cada uno— en que lo memorable desaparece ya que se pierde
el registro de la memoria y el resto sólo lo intuimos. Creemos, confiamos más
bien, en que todo el resto del convite transcurrió de manera más o menos tersa.
Al final todos fuimos mejores personas.
Comentarios
Publicar un comentario
Bienvenidos los comentarios...