Letras tabasqueñas

Mario De Lille Fuentes
(1936 – 2012)

Según dice en su acta de nacimiento, Mario De Lille Fuentes nació en la ciudad de México, D.F. donde estudió la carrera de Arquitectura y, una vez concluidos los estudios, decidió venir a ejercerla a Tabasco, y aquí se quedó. En Villahermosa vivió los últimos 50 años de su vida, así que podemos asegurar que Mario De Lille fue tabasqueño, y uno de los buenos, hasta su deceso acaecido el 3 de junio pasado.
Destacó como narrador y poeta pero, sobre todo, por su labor como promotor de la cultura en todas sus expresiones. Escribió cuentos, novelas y poemas que se han significado por su estilo novedoso y extrovertido utilizando el lenguaje con plena libertad para expresar con arte e imaginación sentimientos e ideas.
En 1986, con su primera novela titulada Solamente yo quedo, ganó el Premio Nacional de Novela “Justo Sierra O’ Reilly”. De ella opinó Francisco Javier Payró que “es una apuesta retadora por llevar el humor, la ironía, el habla coloquial y el relajo propiamente dicho a grados intolerables para quien no confiere a la novela sino el solo atributo de contar historias bien contadas”.
A partir de ese año, su producción se diversificó entre los cuentos plenos de humor, inteligencia y libertad, y los poemas vanguardistas y novedosos. Entre los primeros trabajos son de resaltarse dos cuentarios: Advertencias amorales al lector y cierto tipo de cuentos sumamente inocentes (1988) y la Breve y verídica historia de cómo los lunáticos poblamos la Tierra. Y sus consecuencias (2001). La experimentación de caminos para llegar al placer de la lectura está siempre presente en estas narraciones.
En la poesía se hizo de reconocimientos por dos excelentes trabajos: Dios te salve María, non sancta (1990) y por el poemario Semilla a punto de vuelo (1999) en el cual se encuentra el poema Somos por la danza de tus manos. También escribió una obra trágico-narrativa: Dino a las drogas (1999) y en el año 2000 participó en la antología de cuentos eróticos Eroticom Plus, coordinada por Teodosio García Ruiz.
En el año 2009 publicó su controvertida novela Tropicalia, o como han dicho algunos, su primera anti-novela que seguramente será más apreciada en el futuro ya que de momento nos soltó una gran cantidad de luz que en vez de iluminarnos nos deslumbró y todavía estamos tratando de ajustar nuestra visión para comprenderla bien.
Es imprescindible hablar de sus escritos elaborados pensando en los niños. Para ellos produjo obras de gran calidad que se leen prácticamente en todo México gracias a que varios de sus cuentos infantiles están contenidos en la antología Casa Llena, libro conformado por historias de cuentistas tabasqueños, seleccionado en el 2009 por la Secretaría de Educación Pública para formar parte de la biblioteca escolar en las escuelas primarias del país. Para los pequeños lectores también escribió cuentos breves y poemas publicados en su libro Nuestro mundo con Clau-dia (2005) y culminó esta labor con su último trabajo Mini-animalismos del Trópico. Cuentos brevísimos de animales de Tabasco y Anexas, obra ilustrada y multilingüe publicada bajo el sello editorial de la UJAT que salió a la luz apenas a principios de este año 2012.
La Sociedad de Escritores Letras y Voces de Tabasco, A.C. acordó dedicar el reciente XXVI Encuentro de Escritores a su labor fecunda. En el Instituto Juárez, el pasado 23 de abril, se le brindó un merecido homenaje donde se resaltó su aportación a la literatura tabasqueña y su entusiasta participación como promotor y creador de talleres literarios desde los años ochentas del siglo pasado.
Indudablemente que Mario De Lille trajo vientos frescos a las letras tabasqueñas, se advierte en su trabajo un ímpetu considerable por la exploración de caminos diferentes de las técnicas narrativas, abriendo un poco más el abanico de posibilidades de la literatura. Nunca fue un escritor de textos sencillos: prefirió siempre agregar ese ingrediente lúdico que sorprende y conduce al lector por senderos insospechados. Quizá por su formación de arquitecto -que combina la funcionalidad con la estética- sus textos obedecen tanto o más a la estructura que a la trama
En su narrativa -que es la que más he leído de él- puedo atestiguar que se camina por un laberinto donde está siempre presente la sensación de extravío, se crea en el lector un estado de tensión por la necesidad de concentrarse en una lucha intelectual (contra el discurso) en el esfuerzo de armar la historia bajo los cánones de nuestras propias estructuras mentales, ante algo que se nos escapa por entre los dedos para, al final, tratar de elaborar el cuadro completo. Algo que no siempre se consigue.
En suma, lo que Mario nos propuso en toda su obra fue siempre otro punto de vista para mirar el mundo que nos rodea; leerlo plantea un reto que además de de ser enriquecedor es infinitamente placentero. Leer un cuento de Mario De Lille antes de ir a la cama, garantiza sueños diferentes y a veces hasta reparadores.
Además de sus libros, Mario De Lille también fue reconocido en el mundo artístico de Tabasco por su generosidad para compartir sus conocimientos y su tiempo. Fue generoso para ayudar a los que se iniciaban en la escritura y lo fue para organizar una sociedad y una escuela de escritores por la cual han desfilado innumerables personas, ávidas de palabras para expresarse con ellas; lo fue para promover talleres literarios y para ayudar a sus colegas cuando éstos lo necesitaron. Pero su mayor generosidad se mostró en la calidad de sus textos que nos han abierto nuevos mundos llenos de imaginación y belleza. Misión cumplida, Mario.




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