El octavo círculo del tercer mundo
A
vuestra salud
Una mañana de noviembre, el principal conductor del
noticiero Telerreportaje leyó una de sus famosas cartas dirigidas al gobernador
para hacerle ver que las cosas no iban bien, pero en realidad la queja del
locutor iba directamente contra el secretario de Salud: Juan Filigrana Castro,
a quien recriminó reiteradamente con frases como “La gente muere Juan, la gente
sufre Juan, la gente se deprime Juan, la gente pierde la esperanza Juan, la
gente les insulta Juan”. Poco después, se transmitió a nivel nacional, por
medio de la omnipotente cadena Televisa, el reportaje de Denisse Maerker donde
esta comunicadora exhibe varios de los graves problemas del sistema de salud en
Tabasco, en especial el desabasto de insumos (a pesar de tener los almacenes
repletos de ellos). Al día siguiente (oh, qué coincidencia) se llevó a cabo la
comparecencia del secretario de Salud ante el pleno del Congreso de Tabasco, en
ésta el funcionario muy orondo dijo que a pesar de algunos problemitas, vamos
por el camino correcto. Luego, una semana después, el periodista de Televisa y
El Universal, Carlos Loret de Mola se suelta con su editorial “La Jefa del
edén”, en el cual le restriega a Núñez el protagonismo de su señora esposa, algo
que es un secreto a voces en Tabasco, pero además filtra algo incidental: que
uno de los peones de la señora es precisamente el secretario de Salud. (Oh, qué
coincidencia). Lo mínimo que uno se pregunta después de esta andanada es: ¿qué
le hizo Arturo Núñez a Televisa?, ¿a quién le vamos a creer? Y, cómo diría El
Buki, ¿a dónde vamos a parar?
Después de las terribles imágenes mostradas por la
televisión a nivel nacional, el licenciado Filigrana levantó actas
administrativas contra los tres médicos del Hospital Rovirosa que dieron la
información y a quienes llamó “desleales”: la Dra. Micaela Saldaña, el Dr.
Guillermo Morelos y el Dr. Ciro Reyes. Eso fue como patear el avispero. Ni
tardo ni perezoso, el Dr. Morelos dijo que el secretario de Salud era “un
farsante” y de una vez lo tildó de ignorante, de ser un hombre sin ética ni
moral e insensible ante la “tragedia en salud en que está la mayoría de nuestro
pueblo más humilde”. Así que los médicos amenazados de ser despedidos
contraatacaron echándole montón al abogado. Convocaron a través de redes
sociales y periódicos locales a una marcha de los trabajadores del sector salud
para el domingo 13 de diciembre que partiría del Hospital Rovirosa para llegar
hasta las puertas mismas de la Quinta Grijalva y ahí entregar el pliego de
peticiones que ellos consideraron indispensables para sacar a este buey de la
barranca (o sea la salud, pues).
Debo decir que la marcha fue un rotundo éxito: llegaron
médicos, enfermeros, administrativos y hasta pacientes de todos los hospitales
y centros de salud; la gente marchó ordenada y participativa; al final los
oradores fueron claros y breves: no se pidió la destitución de nadie,
simplemente se pusieron a consideración del señor gobernador los puntos de un
pliego que trató de resumir en pocas frases la enorme problemática de este
sector. Pocas veces he visto que la sociedad en general apruebe un movimiento
de protesta en forma unánime que se ha caracterizado por su genuinidad y
transparencia (el único medio que no creyó, ni cree, en este grupo es el
Tabasco Hoy. Ellos sabrán por qué).
Al día siguiente, el Lic. Arturo Núñez convocó a buena
parte de su gabinete para dar una respuesta institucional a las demandas
planteadas por los médicos del Hospital Rovirosa, y de una vez abordar los
problemas de otros centros de salud y del sector, en general. La respuesta
formal se conocerá en los próximos días pero me parece que ya es un buen avance
y todos deseamos que esto se encamine a buen rumbo.
La salud de la población, junto con la educación y la
seguridad, son quizá los tres pilares más importantes sobre los que se asienta
el bienestar de la población y son, al mismo tiempo, los temas que con mayor
cuidado debe atender un gobernante. Para nadie es un secreto que los servicios
públicos de salud han perdido la calidad y oportunidad que alguna vez tuvieron.
Por una parte, hay escasez de todo: de medicamentos, de camas, de personal, de
presupuesto y un largo etcétera; y, por la otra, cada vez hay más demandantes
del servicio. Es una espiral que necesariamente tendría que desembocar en
crisis, una crisis que se acentúa en las personas de menores recursos pero que
nos alcanza a todos.
Dos cosas son dignas de mención en este problema. Una: no
tiene solución a corto ni a mediano plazo; y dos: las consecuencias afectan a
toda la sociedad. Para empezar, tenemos que erradicar la idea de los servicios
públicos gratuitos. Todos estos cuestan y a veces más de lo que creemos. Los
servicios de salud no son la excepción, los pagamos a través de descuentos
salariales, de cuotas especiales o de impuestos y derechos, casi siempre por
adelantado. El problema es que los servicios de salud son cada vez más caros, en
primer lugar porque hay una creciente burocracia que aumenta año con año y se
traga la mayor parte de lo que pagamos; en segundo lugar los insumos de todo
tipo suben de precio cada año y, en tercero, la mayor carga financiera es la
ineficiencia en la administración del gasto, llámese corrupción o ineptitud. No
sé si existan los estudios actuariales para analizar esta carrera de ingreso
contra gasto en los servicios de salud tabasqueños pero sí estoy seguro que el
déficit (o la bancarrota como dicen algunos) ya está aquí.
¿A quién le van a quitar dinero para mejorar los
hospitales? Lo más seguro es que a nosotros mismos. Nuevos derechos, nuevas
cuotas, una nueva Ley de Hacienda del Estado que establezca cuotas más altas.
Se sabe que esa nueva Ley ya fue discutida y aprobada en el Congreso, lo
hicieron los diputados de la actual legislatura, pero no la han publicado ni
siquiera en su portal de Internet, ¿por qué? Los rumores son que ahora van a
cobrar los servicios al precio de los servicios privados de salud. Es decir, se
acabó la salud pública gratuita por parte del gobierno del Estado de Tabasco. Me
surgen algunas preguntas con respecto a la actual Ley de Salud. ¿Cómo va a
cambiar el artículo 35 que dice “Las cuotas de recuperación se fundarán en
principios de solidaridad social y guardarán relación con los ingresos de los
usuarios, debiéndose eximir el cobro cuando el usuario carezca de recursos para
cubrirla”? ¿Qué va a decir el nuevo artículo 110, donde se establece “La
atención a los menores de cinco años y a las mujeres embarazadas será gratuita”?
Por lo pronto, esperemos a ver qué va a contestar la comisión nombrada por el
mandatario al pliego petitorio de los demandantes del Hospital Rovirosa y
estemos pendientes para apoyar a estos médicos que por ahora encabezan este
movimiento.
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